![Chimenea hidrotermal del Castillo de Loki. [Foto: Centro de Geobiología, Universidad de Bergen]](https://hectorarita.files.wordpress.com/2015/05/loki-castillo.jpg?w=300&h=248)
En las profundidades del mar de Noruega, a más de 2300 metros bajo el nivel del mar, se encuentra el Castillo de Loki. Se trata de un conjunto de estructuras geológicas en forma de torre cuya fantasmal silueta evoca una imagen sacada de algún relato mitológico. Loki es, de hecho, un personaje central en la mitología nórdica. En la mayoría de los relatos aparece como un ingenioso embaucador que urde un sinfín de engaños para aprovecharse de otros dioses. Es también un transmutador, un personaje capaz de adquirir formas diversas para engañar a sus enemigos o para mantenerse oculto. Cuando bautizaron el sitio, los científicos de la Universidad de Bergen que descubrieron el Castillo de Loki consideraron que el nombre reflejaba el carácter misterioso y lo difícil de hallar del lugar.
Las estructuras del Castillo de Loki son en realidad ventilas hidrotermales que por la acumulación de sedimento han tomado forma de chimeneas de más de diez metros de alto. Las ventilas hidrotermales son fisuras en el fondo marino que se encuentran en áreas de gran actividad geológica llamadas dorsales centro-oceánicas. Es en estas dorsales donde se regenera el fondo del mar a partir de material ígneo proveniente de las capas internas de la tierra. Cuando el agua marina se filtra y entra en contacto con estas zonas de gran actividad, adquiere temperaturas de más de 300 °C y emerge a través de las ventilas, arrastrando con ella una gran cantidad de minerales sulfurosos que se depositan en los alrededores.
Las inmediaciones de las ventilas hidrotermales están habitadas por curiosos organismos, tales como gusanos tubulares gigantes y extrañas almejas, caracoles y crustáceos de aspecto amenazador. A diferencia de la enorme mayoría de los ecosistemas, las comunidades de organismos de las ventilas hidrotermales no dependen de la fotosíntesis para su manutención. En ausencia de luz, los microorganismos del fondo del mar utilizan procesos de quimiosíntesis para capturar energía de las reacciones químicas de los compuestos sulfurados que abundan en los sedimentos de alrededor de las ventilas hidrotermales. La abundante fauna que se encuentra cerca de las ventilas depende casi totalmente de la energía capturada por los organismos quimiosintéticos para su propia subsistencia.
En mayo de 2015 se develó uno de los grandes secretos del Castillo de Loki. Un equipo encabezado por científicos de la Universidad de Upsala, en Suecia, anunció el hallazgo de un tipo de microorganismo semejante al que podría haber sido el ancestro de todos los seres vivos con células complejas, incluyendo los animales, plantas, hongos y algas. Los científicos de Upsala analizaron fragmentos de DNA extraídos del sedimento que había sido recolectado por los investigadores de Bergen en las cercanías del Castillo de Loki, por lo que los nuevos organismos fueron llamados Lokiarchaeota, o “arqueas de Loki”.
Desde los estudios pioneros de Carl Woese en los años 70s, la mayoría de los especialistas considera que los seres vivos se pueden clasificar en tres grandes grupos denominados dominios: el de las bacterias (Bacteria) , el de las arqueas (Archaea) y el de los eucariontes (Eukarya). Todas las bacterias y arqueas son organismos unicelulares, pero difieren entre sí tanto en la estructura como en el funcionamiento de sus maquinarias celulares. Entre los eucariontes se incluyen organismos de una sola célula, como las amibas y las algas unicelulares, y todos los seres multicelulares, es decir las plantas, hongos y animales que todos conocemos. Lo que distingue a los eucariontes de las bacterias y arqueas es la complejidad de sus células, que contienen estructuras como el núcleo, las mitocondrias y los cloroplastos que no se encuentran en las pequeñas y simples células bacterianas.

Woese propuso que las arqueas están más cercanamente relacionadas con los eucariontes que con las bacterias. Estudios más recientes han confirmado esta observación, e incluso algunos datos sugieren que los eucariontes podrían de hecho ser los descendientes de algún tipo de arquea ancestral que existió hace más de mil millones de años. El genoma de las arqueas de Loki muestra elementos muy similares a los que debió tener este hipotético ancestro de los eucariontes.
Los científicos de Upsala encontraron en el genoma de las Lokiarchaeota algunos genes que hasta ahora se conocían únicamente en células eucariontes. De particular relevancia son fragmentos de DNA que en los eucariontes codifican la producción de estructuras complejas dentro de la célula, como el llamado esqueleto celular o citoesqueleto que permite a las células eucariontes cambiar de forma y tener movilidad. Otros fragmentos del genoma sugieren que las arqueas de Loki son capaces de engullir otras células, lo que además daría apoyo a la hipótesis de que algunas estructuras de las células eucariontes, como por ejemplo las mitocondrias y los cloroplastos, podrían haber surgido a partir de células bacterianas engullidas por algún tipo de célula ancestral.
A partir de los datos del genoma de las arqueas de Loki, los científicos de Upsala proponen una filogenia (un «árbol evolutivo») en el que existe un ancestro común entre los eucariontes y las Lokiarchaeota. Esto, contrariamente a lo que algunos sitios de internet afirman, no significa que las arqueas de Loki sean los ancestros de todos los eucariontes, incluyendo los seres humanos. Lo que sí demuestra el hallazgo de estas arqueas es el parentesco cercano entre los eucariontes y las arqueas. De hecho, en una interpretación estricta, sería necesario revisar el esquema de clasificación actual y reconocer la existencia de solamente dos grandes dominios de la vida: el de las bacterias y el de las arqueas + los eucariontes.

Así como Loki no dejaba de sorprender al resto de los dioses del panteón nórdico con su capacidad de transformación y habilidad para esconder secretos, seguramente las arqueas y el Castillo de Loki contienen aún muchos misterios que en el futuro serán revelados y nos ayudarán a descifrar la historia evolutiva de nosotros mismos.
REFERENCIAS Spang, A. et al. 2015. Complex archaea that bridge the gap between prokaryotes and eukaryotes. Nature 521:173-179.