La estrella de Belén: ¿Realidad o ficción?

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Según cuenta la tradición, pasados doce días del nacimiento de Jesús de Nazaret, llegaron a adorarlo tres reyes magos provenientes de Oriente. Guiados por la estrella de Belén, los tres magos, de nombre Melchor, Gaspar y Baltasar, arribaron montados en un caballo, un camello y un elefante hasta donde se encontraba la sagrada familia y ofrecieron al neonato tres obsequios: oro (representando las riquezas terrenales), incienso (como símbolo de lo divino) y mirra (en anticipación a los sufrimientos a los que se enfrentaría el redentor en su vida adulta).

La gran mayoría de los detalles de la historia son adornos narrativos que se han ido añadiendo a través de los siglos en diferentes culturas cristianas. La narración original en el evangelio de Mateo habla solamente de unos magos de Oriente, sin especificar su número, sus nombres o su medio de transporte, que efectivamente siguieron una estrella que “vino a pararse encima del lugar donde estaba el niño.”

La naturaleza de la estrella de Belén ha sido desde siempre un misterio. Cabe recordar que el nacimiento de Jesucristo no pudo haber sucedido después 4 a. C., año en que murió Herodes, el gobernante de las provincias romanas de Judea, Galilea y Samaria en tiempos del nacimiento de Jesús, según relatan los evangelios.  Curiosamente, la muerte de Herodes puede localizarse en la línea del tiempo histórica gracias a que coincidió con el eclipse lunar del 13 de marzo del año 4 a. C.

Se ha especulado que el misterioso astro podría haber sido una supernova, un cometa, un asteroide o simplemente el resultado de la conjunción de dos planetas.  En el otoño de 1604, el astrónomo Johannes Kepler observó una supernova que apareció poco después de la conjunción de dos planetas.  Desconociendo la naturaleza de las supernovas, Kepler dedujo que tal fenómeno podría haber sido provocado por la conjunción. Años después, Kepler calculó que en el año 7 a. C. había ocurrido una conjunción repetida de Júpiter y Saturno y supuso (incorrectamente) que el fenómeno podría haber generado una stella nova (supernova) como la que él había observado.  Esa nova podría haber sido la estrella de Belén, concluyó Kepler.

Otro posible candidato es el cometa Halley, que se acercó a la Tierra en el año 12 a. C. Otros autores han señalado que existen registros chinos de la aparición de un astro (tal vez un cometa o una nova) hacia el año 5 a. C. También se ha especulado que la estrella de Belén podría tener un significado más astrológico que astronómico y que podría referirse a algún fenómeno inusual, como los dos ocultamientos de Júpiter tras la Luna que sucedieron en el año 6 a. C., de acuerdo con el astrónomo Michael Molnar.

Por supuesto, es también posible que la estrella de Belén no haya existido. Aun suponiendo que la visita de los magos de Oriente sea verídica, es posible que la historia de la estrella haya sido añadida por el autor del evangelio tradicionalmente atribuido a San Mateo. Se sabe que este evangelio fue escrito después del año 70 d. C., posteriormente a la destrucción del templo de Jerusalén. La aparición en el año 66 de nuestra era del cometa Halley pudo haber inspirado al autor del evangelio para incluir la historia de la estrella de Belén, según especula R. M. Jenkins.


Es probable que nunca conozcamos con certeza la naturaleza de la estrella de Belén, o simplemente si realmente existió o no.  Ahora bien, hay misterios aún más difíciles de explicar, como la aparición del camello, del caballo y del elefante en las historias tradicionales sobre los reyes magos. Nos ocuparemos de esos misterios en futuras entregas de este blog.

[Comentario añadido el 6 de enero de 2011: Existe también la postura entre algunos creyentes de que resulta ocioso tratar de encontrar una explicación científica para los eventos que, como la estrella de Belén, pueden considerarse milagrosos.  Este fue más o menos el punto de vista de Agustín de Hipona (San Agustín) en el siglo IV, de Tomás de Aquino (Santo Tomás) en el siglo XIII y es el del papa  Benedicto XVI en pleno siglo XXI.]

Figuras
(1) La adoración de los Reyes Magos, Giotto.  La estrella de Belén es representada como un cometa.
(2) Johannes Kepler en un sello alemán.
(3) El cometa Halley.  Foto NASA.

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